HISTORIA DE LA LINGÜÍSTICA EN CHINA


En China, la rama del saber que tradicionalmente se ocupaba de los estudios filológicos se llamaba “estudios menores”, e incluía los campos de la escritura, la fonología y la glosa. Tal como se indica, el estudio filológico era considerado una disciplina menor, sin embargo, contaba con una larga tradición ligada a la filosofía y centrada sobre todo en la fonología, la dialectología, la prosodia y la lexicografía, con obras cuyo interés, valor e impacto apenas han menguado con el paso de los siglos.

Los primeros en interesarse por la gramática china tal como se entiende en Occidente y que hicieron el esfuerzo de describirla de modo sistemático fueron los misioneros europeos que llegaron a China con fines proselitistas a partir del siglo XVI. Durante la primera mitad del siglo XVII se escribieron algunas gramáticas descriptivas de la lengua que hablaban los mandarines, pero la única que fue publicada y que se ha conservado hasta nuestros días es el arte de la lengua mandarina, realizada por el dominico español Francisco Varo en 1682 y que vio la luz en Guangzhou en 1703. Se trata de una obra de un gran valor histórico porque constituye un testimonio de la fonología, la sintaxis y el léxico de la lengua usada por los funcionarios del siglo XVII, basada en el habla del Nanjing de la época. Sin embargo, su impacto en el mundo académico fue prácticamente nulo en los 150 años siguientes. Ello se debe a que principalmente la motivación de Varo era ofrecer una herramienta práctica para que otros misioneros pudieran aprender chino y facilitarles su labor religiosa, la razón que explica que esté en castellano, las notas sobre pronunciación estén pensadas para castellanohablantes y no haya ni una sola nota en chino.

El primer estudio gramatical de autoría china es la Gramática del señor Ma de Ma Jianzhong, publicado en 1898. De acuerdo con Ma, la gramática debía cumplir la función de organizar sistemáticamente el estudio de la cultura. Es una gramática que parte de modelos occidentales, hecho que marcó un punto de inflexión en la historia de la lingüística china, porque representó un cambio sustancial en el objeto de estudio y espoleó la investigación gramatical sobre el chino. Esta obra presenta un hito dentro de la lingüística china por todo lo que desencadenó su publicación.

Tomando las lenguas indoeuropeas y sus características gramaticales distintivas como punto de partida, en el siglo XIX se hizo una clasificación tipológica de las lenguas del mundo que aún se mantenían vigente. De acuerdo con esta categorización, las lenguas se dividen en tres grandes grupos: aislantes, con el chino como prototipo; las aglutinantes, como el turco; y las flexivas, como las lenguas indoeuropeas. Esta clasificación está sesgada porque se basa en la morfología y omite aspectos propios de otras lenguas que no existen en las indoeuropeas.

Bajo la influencia darwinista, se fue un paso más allá al afirmar que las lenguas también estaban sujetas a la evolución, de modo que todas habían empezado siendo aislantes con la estructura más sencilla, como la del chino, algunas habían pasado por un periodo aglutinante y las más evolucionadas habían derivado en lenguas flexivas. Se consideró que las lenguas indoeuropeas estaban en la cúspide de la pirámide evolutiva.
Esta concepción tuvo consecuencias importantes en la imagen de la lengua china como instrumento de razonamiento y de expresión, ya que contribuyó a formar y a difundir una visión del chino como lengua que sufría graves carencias, las cuales reducían las posibilidades de desarrollo y de expresión del pueblo chino a nivel estilístico, filosófico y científico.

El Movimiento del cuatro de mayo de 1919 marca el nacimiento de la lingüística china moderna. Desde entonces, el chino estándar moderno ha sido descrito y analizado de modo sistemático aplicando diferentes marcos teóricos, tanto por académicos chinos como extranjeros, pero aún no se ha publicado una gramática prescriptiva oficial del estándar ni en China ni en Taiwan.

En la Conferencia académica para la estandarización del chino moderno celebrada en Beijing en 1955 se marcaron dos objetivos: la elaboración de un diccionario prescriptivo del chino moderno y la creación de una gramática de referencia de la lengua estándar. Los esfuerzos dirigidos a conseguir el primero de los dos objetivos se vieron culminados con la publicación del Diccionario de palabras del chino moderno, pero el segundo ni siquiera se ha puesto en marcha