La
situación lingüística en China es
un tema de estudio amplio y complejo que ha sido insuficientemente estudiado
por motivos políticos, por la amplitud del territorio a cubrir, el difícil
acceso a algunas de sus zonas y la gran variedad de dialectos –aunque
presentan una fuerte diferenciación, el hecho de que utilicen, en general, el
mismo sistema de escritura, los lingüistas chinos consideran que China contiene
una lengua estándar: el mandarín, y muchos dialectos- que existen.
Se
calcula que el origen de la lengua china se remonta al final
de la época Neolítica cuando más de 1800 tribus y clanes se
asentaban a lo largo del río Amarillo, cada una de las cuales con su propia
lengua y cultura. Perteneciente al grupo de lenguas sinotibetanas,
que a su vez, se subdivide en tibeto-birmano y chino, tiene una extensión territorial
mucho más concentrada que la lengua indoeuropea –de origen nómada, se
dispersaron mucho más-, ya que al ser principalmente agricultores –excepto los
tibetanos- quedaron mucho más agrupados.
Desde
la dinastía Shang (1765–1122 a.n.e.) surgió la necesidad de disponer una lengua
franca para facilitar la comunicación entre
los diferentes clanes y tribus. Se cree que esta lengua tomó
forma a partir de la lengua que se hablaba al oeste de la
provincia de Henan, en Yinxua, donde se encontraba la capital de la
dinastía entre 1324 y 1066 a.n.e. Es posible que los textos de los huesos oraculares -escritura plenamente desarrollada, usada, en su
mayoría, como instrumentos de adivinación- se basaran en la lengua oral de la
dinastía anterior, la Xia (2207–1765 a.n.e.).
Durante
la dinastía Zhou (1122–256 a.n.e.),
y la instauración de distintos señoríos, se hizo aún más necesario el
establecimiento de esta lengua estándar. Para ello, se basaron en la
pronunciación de Luoyang, en la actual provincia de Henan. Enseñada en las
escuelas de todos los señoríos a fines de la dinastía, se usó en la corte, los
actos diplomáticos, obras literarias, rituales y actividades culturales. Esta
lengua se mantuvo durante los dos milenios siguientes, sin que la
instauración de la capital en Chang´an durante las dinastías Qin (221–206
a.n.e.) y Han (206 a.n.e. – 220 n.e.), cambiase la pronunciación de la lengua
estándar. El cambio llegó con la dinastía Tang (618–907), que
estableció la lengua de Chang´an. Sin embargo, no seráninguna de
las hablas hasta ahora mencionadas las que constituirán la base del
chino estándar moderno, ya que desde que en 1276 la capital del
Imperio se trasladó a Dadu, la actual Beijing, que se convirtió en
una de las ciudades más importantes en términos políticos y económicos, y en el
ámbito cultural y literario, tomará prestigio sus variedades de habla a
medida que la ciudad adquiera importancia. Hecho especialmente relevante
tras losimportantes cambios que se produjeron en el sistema fonológico del
chino durante el periodo que transcurre entre las dinastías Song
(960–1279), Yuan (1206–1367), Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911); ya que estos
afectaron especialmente a las hablas septentrionales pero
no a las hablas meridionales que se mostraron más conservadoras y mantuvieron
muchos de los rasgos del chino de épocas anteriores. Así, a fines
de la dinastía Qing, la lengua estándar, procedente de Beijing, se
convirtió en el estándar para toda la población. Fue con la derrota
de las Guerras del Opio, y su consiguiente atribución al retraso socio-cultural
en el que se encontraba el país, cuando el gobierno comenzó una política
lingüística explícita para la promoción de una variedad estandarizada de chino,
para, así, acabar con la difícil comunicación que existía entre la
multiculturalidad y lenguas de China. Justamente, y siguiendo esencialmente
el modelo de Japón, donde la promoción de una lengua estándar había permitido
su modernización, el gobierno chino consideró que el establecimiento y
promoción de una variedad de lengua común era de vital importancia para la
modernización del país.
No
es de extrañar que solo unos meses después de la fundación de la
República China (1912-1949), el ministro de Educación anunciara la
creación de una comisión para la unificación de la pronunciación. Se
trataba de la creación de un modelo de lengua, tanto escrita como hablada,
común para todos los chinos, además del diseño de una estrategia para su
difusión. Entre las medidas adoptadas, se estableció que el putonghua –chino
estandarizado- fuera la variedad de los centros de enseñanza, de las
instituciones oficiales y administrativas, de las publicaciones periodísticas y
literarias.
Como
era de esperar, las variedades habladas en las principales ciudades,
Nankín, Shanghai o Beijing, fueron propuestas como base para la futura lengua
estándar. Por una parte, los delegados de la zona norte, cuyos dialectos se
conocen con el nombre de mandarín –préstamo introducido en el
siglo XVII del portugués mandarin, tras observar a los
oficiales chinos del siglo XVI utilizar esta palabra en todas sus órdenes, la
usaron para referirse a la lengua de estos- proponían los rasgos de estas para
la lengua estándar, pues ya habían sido percibidos y usados anteriormente; y
por otra parte, los delegados de la costa sur, hablantes de
variedades lingüísticas no mandarines, que no aceptaban esa propuesta,
y alegaban para ello que su forma de hablar no se reflejaría en dicho modelo.
Tras meses de discusiones, la conferencia resolvió que los rasgos
fonológicos de los dialectos mandarines constituirían la base de la lengua
estándar china. Entre las medidas que se adoptaron para la promoción del
chino modelo destaca la creación de un diccionario de pronunciación nacional,
la adopción de un sistema de transcripción fonética de caracteres –conocido
como zhuyin zimu- y la enseñanza del chino modelo desde
la escuela primaria. Sin embargo, los sonidos de esta lengua nacional
eran desconocidos en su mayor parte y solo algunos eruditos eran
capaces de utilizarlo. Así en 1926, se decidió que fuera únicamente la
fonología de la variedad hablada en Beijing la que constituyese la
base de la pronunciación estándar. El sistema fonético fue revisado y se le dio
el nombre de zhuyin fuhao. Tras la creación de la República
Popular China en 1949, el gobierno intensificó sus acciones con
respecto a la estandarización y planificación lingüística, y se creó el sistema
fonológico conocido como pinyin –utilizado hoy en día en su
mayoría.
En
la actualidad el 90% de la población entiende el putonghua, aunque
solo un 50% tiene una competencia activa. Su
uso y dominio es sensiblemente menor en la zona sur, ya
sea por el aislamiento y dificultad de acceso en la que se encuentran muchas
localidades, generalmente rurales, y en la que la población ha usado
tradicionalmente otras variedades o lenguas, especialmente aquellas de gran
relevancia, como el cantones o el dialecto wu.