Stewar (1968) propuso la utilización de cuatro criterios (estandarización, autonomía, historicidad y vitalidad) para clasificar los diferentes sistemas lingüísticos. Esta clasificación actualmente está generalizada, y como consecuencia de ello, aun hoy resulta difícil delimitar los conceptos Dialecto VS Lengua.
Nos encontramos muchas diversas
propuestas en la distinción de lengua y
dialecto. Entre muchos otros, Coseriu
definía el concepto de lengua como una abstracción, si bien sí distinguía entre
lengua, lengua histórica y dialecto.
De acuerdo con él, la conciencia lingüística, el sentimiento subjetivo que
tiene el hablante de pertenecer a una determinada comunidad lingüística, es un
elemento decisivo para diferenciar lenguas históricas y dialectos.
Garayzábal y Jianfeng en 2006
muestran que los conceptos de lengua y dialecto no han sido interpretados de
igual forma en el contexto español y en el chino. Concluyen que, si bien en el
contexto español prima la definición de lengua
según sus rasgos lingüísticos, en el contexto chino son las funciones
sociales otorgadas a esta las que fundamentalmente definen y caracterizan.
Según se adopte un punto de
vista genético, geográfico, funcional o social se distinguen diferentes tipos
de dialectos. Aunque si se concibe el término dialecto como la variedad de lenguas habladas en un determinado
espacio geográfico, el problema reside en designar un rasgo que delimite al
dialecto.
En
cuanto al origen, es difícil determinar en qué momento y de qué forma surgió
una lengua, pues en la mayoría de los casos no existen testimonios de ello.
Español
El origen de las lenguas románicas, entre ellas el español, se halla en la dialectalización del latín hablado en las diferentes provincias del Imperio Romano. Estas distintas formas se terminaron convirtiendo en las actuales lenguas de la familia románica. No podemos saber en qué momento ocurrió esto, ya que no tenemos ningún testimonio escrito.
Se afirma que se empieza a
encontrar diferencias con respecto al latín entre los siglos IV y VII. El
tiempo que transcurre entre los siglos VIII-XI fue un momento clave para la
formación de las lenguas romances.
Aunque el cambio en el tipo
lingüístico comenzara en el siglo IV, los hablantes no lo debieron de percibir
como tal, ya que la morfología y la fonología seguían siendo latinas. En ligar
de un cambio de lengua, los hablantes interpretarían las diferencias entre unos
y otros o entre la variante escrita y la oral. Solo cuando los cambios en
aquellas dos se consolidaros, los hablantes debieron de asumir que se trataba
de dos lenguas distintas.
Por otro lado, lo esperable
hubiera sido que el español actual resultara de la evolución de la forma de
hablar de algunas zonasde la península con mayor prestigio, social y cultural,
del período romano.
Durante la Reconquista, además
de la imposición de una nueva organización socio-política, esto supuso el
asentamiento de nuevo grupos demográficos. Esta circunstancia hará que en un
mismo espacio convivan gente de diferentes lenguas y culturas. Al igual que
ocurrió con las tribus y clanes que se asentaban, ante la situación de
multiculturalidad y plurilingüismo que se vivía en la península, resultaba
evidente la necesidad de una variedad que se erigiera como instrumento de
comunicación compartido entre la hetereogénea población.
La evolución del latín hablado
en las diferentes provincias y franjas del Imperio dio lugar a las distintas
lenguas romances, sobre todo en la cordillera Cantábrica, Catilla y Aragón.
Alarcos, entre otros, ha
detectado la existencia de hechos fonéticos, morfológicos y sintácticos
característicos de la lengua vasca en los romances que en su etapa de formación
estuvieron en contacto con esta, entre ellos el castellano. Se trata de, por
ejemplo, la sustitución de la consonante labial /f/ inicial latina, acumulación
de preposiciones o reduplicación de pronominales.
China
Se calcula que su origen se
remonta al final de la época Neolítica, cuando más de 1.800 tribus y clanes se
asentaban, cada una con su propia lengua y cultura. Aunque se establezcan
cronologías de acuerdo con las dinastías y emperadores, estas siempre hacen
referenca a la nacionalidad dominante en cada momento, lo que no excluye que
simultáneamente otros reinos y nacionalidades mantuvieran su independencia
política.
De forma análoga a lo que
sucede con cronología en términos
socio-políticos, cuando sse describe el nacimiento dy evolución de la lengua
china, en realidad se está aludiendo al dialecto o lengua “dominante” del
período descrito, lo que no excluye la existencia de otras lenguas y dialectos,
con su propia evolución y desarrollo.
Los registros más antiguos que
se conservan de la historia de China datan de la época de las dinastías Shang y
Zhou, que coinciden con la etapa formativa del chino. Pese a las grandes
diferencias lingüísticas entre estos dos, los textos clásicos hablan de una koiné utilizada en los sacrificos, entre
otros. Esas condiciones de multiculturalidad y multilingüismo parece lógico
pensar en la necesidad de una lengua franca que sirviera para el desarrollo de
actividades comerciales y militares que pudieran realizarse entre aquellas
comunidades.
La variedad que primero habría
adquirido dicha función fue la hablada en Yinxu 殷墟, capital de la provincia de
Henan 河南 y
centro político, económico y cultural durante varias dinastías, y en concreto
el habla de su capital, la que se convirtió en la lengua franca.
Las ciudades que ocupan la
actual Luoyang洛阳市 y Changan长安 fueron dos de las urbes más
florecientes y capitales de numerosas dinastías. Las lenguas meridionales como
las de Sui, Tang y Song se consideran que pudieron conformar el modelo de
lengua y, por tanto, que dichos dialectos habrían actuado como lengua franca en
todo el territorio chino. Sin embargo, ninguna de ellas se considera como la
base del chino estándar moderno, como lo es lla actual Pekín. En medida que
esta gran ciudad afiance su prestigio e importancia como ciudad, también lo
harán las singularidades de su habla. Este hecho será especialmente relevante
tras los importantes cambios que se produjeron en el sistema fonológico del
chino durante el período que transcurre entre las dinatías de Song-Yua y
Ming-Qing, ya que estos afectaron especialmente a las hablas septentrionales,
pero no a las hablas meridionales, que se mostraron más conservadoras y
mantuvieron muchos de los rasgos del chino de épocas anteriores.