En la clasificación tipológica,
existen ciertos fenómenos que son definitivamente los que más caracterizan la
esencia del idioma chino frente a un idioma indoeuropeo como el español. En la
tipología morfológica, el chino se
considera una lengua aislante y analítica, mientras que el español
constituye un ejemplo representativo de lengua sintética y flexiva. Esta
clasificación puede ocasionar problemas debido a que resulta difícil definir
con precisión qué es una lengua analítica y qué es una lengua sintética. En
realidad, puede que el chino mandarín resulte ser una lengua más sintética que
otras lenguas sinotibetanas en ciertos aspectos, y además cabe considerar que
existe todo un gradiente entre ambos extremos. Por ejemplo, la lengua china
moderna se considera altamente analítica cuyo significado está muy ligado al
contexto. Este tipo lingüístico presenta pocas flexiones porque dentro de la
palabra y dentro de la oración las funciones gramaticales se expresan mediante
elementos que han sufrido el proceso de gramaticalización por el cual se crean
flexiones nuevas.
Sin embargo, la escasez de marcas morfológicas es de índole histórica y está
relacionada con la evolución de la lengua. Así, el chino clásico sí que
disponía de flexiones que expresaban funciones gramaticales. Por ejemplo, la
palabra actual yǐn 飲 beber en chino antiguo se leía en cuarto tono yìn 飲 hacer beber y expresaba un significado causativo. Esta flexión a través de la alteración
fonética ha desaparecido en el uso actual, de modo que la lengua china se
ha vuelto menos sintética y más analítica con el tiempo. De hecho, puede
decirse que el chino mandarín se identifica relativamente como un tipo
analítico desde el punto de vista diacrónico pues se trata de una lengua con un
grado bajo de síntesis.
Frente a la clasificación
morfológica de la lengua china en el tipo aislante y analítico, el español, por
otra parte, se considera una lengua altamente sintética y flexiva por tener un
complejo sistema de desinencias y afijos y una sintaxis simple. Sin embargo, ninguna lengua pertenece a un solo tipo
sino que existen grados entre distintos tipos morfológicos.
En el chino clásico todas las palabras estaban constituidas por un solo
morfema y todos los morfemas son monosilábicos. Así, la palabra y el morfema coinciden con la sílaba, de manera que no
se distingue una morfología flexiva. Por otro lado, esta característica de monosilabidad de las palabras explica
la importancia que asumen el orden de las palabras y los procedimientos tonales
del chino mandarín para la construcción del enunciado. La monosilabidad del
chino clásico también explica las confusiones entre los conceptos de zì 字 (morfema, carácter escrito) y cí 詞
(palabra) del chino moderno, creados por la teoría lingüística para la descripción
de las lenguas indoeuropeas.
En segundo lugar, el chino
mandarín tiene una escritura logográfica
que presenta un claro componente
fonográfico (silabográfico), en el que los logogramas pueden interpretarse
como denotadores de una sílaba. Es decir, el chino mandarín presenta una
escritura en la que los caracteres
logográficos se escriben separados, sin que se unan mediante trazos
aquellos caracteres que corresponden a una única palabra.
Todas estas convenciones de
monosilabidad y sistema silabográfico hacen que el chino mandarín se clasifique
como una lengua aislante y analítica, que se
caracteriza por la falta de casos gramaticales, desinencias y concordancia.
En las lenguas romances, la
flexión de caso se ha perdido casi por completo y solo se conserva en el
sistema pronominal. Así, el español, aunque deriva del latín, carece de marcas
casuales para los sustantivos, mientras que los pronombres personales
distinguen formalmente los casos rectos de los casos regidos. Sin embargo,
otras lenguas, como las de la familia sinotibetana, no presentan el caso en
ningún tipo de palabra. Así, en el mandarín estas relaciones gramaticales se
expresan mediante el orden de palabras y la preposición (Li y Thompson 2003:
10):
fáng zi 房子
‘casa’ ‘suf.’ → casa Sujeto (casa)
mǎi fáng zi 買房子 ‘comprar’‘casa’‘suf.’ → comprar casa
Complemento directo (casa)
fáng zi de 房子的 ‘casa’ ‘suf.’ ‘pos.’ → de la casa
Posesivo
(de la casa)
zài fáng zi lǐ 在房子裡 ‘en’‘casa’‘suf.’ ‘dentro’ → en la casa
Lugar
(en la casa)
En muchas lenguas indoeuropeas, tanto los sustantivos como los
adjetivos disponen de morfema de número para expresar la pluralidad. En mandarín, en cambio, la pluralidad solo se encuentra en los
sustantivos, pero no se expresa mediante morfemas flexivos, sino por la
agregación de otros morfemas, como los equivalentes a ‘algunos/algunas’ o
‘muchos/muchas’ antepuestos a los referentes. Otra forma de manifestar la
pluralidad es con la adición de la partícula men 們,
pero esta solo se utiliza para los pronombres y sustantivos personales: nǐ
men 你們 ‘tú’ ‘partícula pl.’ → vosotros, tóng xué men 同學們 ‘junto’ ‘aprender’ ‘partícula
pl.’ →
alumnos.